mi nuevo trabajo...

No pude evitar ebozar una sonrisa sarcástica para mi mismo.
- bien, me retiro entonces - le hice una reverencia, para luego salir de su habitación y entrar a la mía.
Me dejé caer en mi cama, mientras dejaba mi brazo reposar sobre mis ojos
- ~¿normal, eh?~ - otravez sonreí sarcástico, pero con más melancolía...normal nunca había estado en mi vocabulario, bueno, no desde hacía mucho tiempo...

- gracias, Misa-sama - le acepté el pastel y le saqué la cereza para comerla primero.
Observaba su rostro de reojo, podía ver un atisvo de preocupación en su facción, lo que me hizo sonreír sinceramente por unos minutos
- se ve...bien preocupada - le daba una mascada al pastel mientras observaba su reaccion..

- perfecta - me acerqué a sus labios para besarlos con una pasión imporpia de mí mientras acariciaba su espalda y su cabello.

- se siente cálido...justo aquí - le indiqué con mi mano el lugar donde debería estar mi corazon, pero que en su lugar estaba su mano apoyada. Cuando sus dedos llegaron hasta mis labios, no dudé en besarlos...

Después de aquel beso, y sin responder, me acerqué para besarle, ahora introduciendo mi lengua en ella.
- me siento bien... - me puse sobre ella para lamer sus labios mientras, con mis manos, comenzaba a recorrer el contorno de su cuerpo.

- fue usted quien ha empezado - mi mano comenzó a acariciar su cuerpo por debajo del kimono, mientras lamía su cuello, hombros y, más abajo, sus pechos ya desnudos - yo solo he seguido sus deseos.

~hmpf~ los pequeños rasguños que ella me hacía, me producía un dolor morboso a querer más.
- no se me olvida... - tome su barbilla y acerque su rostro al mío, para mirarla fija y penetrantemente - pero también soy hombre...

- hum...- seguí con mi mirada su silueta hasta que se perdió tras la pared.
Continue en mi habitación por unos instantes para luego dirigirme al sauna.
- ¿a la señorita se le ofrece algo? - toque la puerta, pues hubiese sido imprudente haber entrado sin anunciarse.

Quede por unos momentos solo apoyado en el dintel de la puerta, observando su figura, para luego avanzar hacia ella como me lo había dicho, pero manteniendo la distancia.
- ¿la señorita desea algo? - le hice una reverencia formal, pero mirando fija y penetrantemente sus ojos

- enseguida lo preparo. - le hice una reverencia, aunque con un poco de molestia. Mi pecho comenzaba a doler denuevo, pero en menor medida - si eso es todo, me retiro - despues de dedicarle una mirada observadora y rapida a su cuerpo, me retire para prepararle el baño que ella quería.

- si...listo - el ambiente que ella me había pedido estaba listo: las velas, las sales minerales disueltas en el agua, espuma y, sobre todo lo demas, petalos de rosas en un color de pasión.
-espero que lo disfrute - hice una reverencia para apartarme de la bañera para que Misa pudiera meterse en ella.

- ¿es una orden? - la mira un poco desafiante, aunque sonriendo maliciosamente.
Su cuerpo desnudo se cubrió de espuma al entrar en la bañera, así que me saqué la chaqueta, quedando solo con la camisa, esperando todavía su respuesta a mi pregunta.