Al dia siguiente...

Después de irme de su habitación me dirigí a la mía y de ahí me quede profundamente dormido.
Era la primera vez que dormía tan bien y tan pacificamente, soñando con el cuerpo de Zen una y otra vez, pero de algun modo tenía que volver a la realidad.
Desperte a las 7 a.m, con los rayos debiles de sol que entraban por la ventana, así que me levanté para dirigirme a ésta y poder observar lo que quedaba del amanecer con los tintes rojos que dejaba en las nubes.
Al parecer Zen todavía no despertaba, así que me tomé la libertad de ir a su cuerpo, a mirar su bello rostro durmiente... Cuando ya me encontraba ahí, acaricié sus cabellos con cariño mientras besaba su frente. De verdad sentía que había cambiado,...gracias a ella.

Después de dormime plácidamente a media noche comenzé a tener pesadillas sobre mi horrible pasado, haciendo que me despertase a media noche o incluso a las tantas de la madrugada, hasta que por fin conseguí dormirme normalmentel, soñando primero con un rostro borroso, pero que cada vez se hacia más y más visible, viendo a cierto rubio junto a mi, haciendo que mis pesadillas cesaran.
Noto como alguien entra en mi habitación pero solo me muevo un poco acomodandome las sábanas y murmurando unas palabras.
-Zack....sama-

Detuve las caricias de mi mano para contemplar su rostro. Las palabras que ella había dicho me habían tomado por sorpresa, provocando una dulce sonrisa en mi rostro.
- ~duerme, Zen...te mereces descansar~ - después de besar nuevamente su rostro, acomodé sus cobijas y me dirigí a la cocina para prepararle una sorpresa antes de que se levantara.

Después de unos minutos comienzo a abrir los ojos lentamente para luego levantarme yo y quedarme sentada en la cama frotandome los ojos, quejandome un poco ante los rayos del sol que entraban por la ventana.
-¿Que hora....¿¡ES!?-
Grité poniendome de los nervios al saber la hora que era, era tarde, ¡me había quedado dormida! y debía prepararle el desayuno a Zack-Sama.
Rápidamente salí de la cama y me dirijí hacia el baño desvistiendome a cada paso que daba hacia la ducha. Entré en ella y de lo despistaba que iva abrí el grifo de agua fría.
-¡Kya!-
Grité nuevamente al sentir el agua fría y rápidamente la cambié al agua caliente, pero me pasé con ella y el agua salió ardiendo y pegué otro grito, hasta que puse el agua "normal" y me duché rapidamente, para luego salir, vestirme y peinarme para bajar a la cocina.
Una vez arreglada corrí hacia la cocina, deseando que él no se hubiese despertado y estuviera esperando hambriendo su desayuno, pero para mi sorpresa era él el que estaba en la cocina.
-¿Zack....Sama?-
Pregunté realmente confudida mientras bajaba un hombro y el tirante de mi traje se deslizaba por mi hombro.

Estaba preparando en desayuno cuando oigo unos gritos desesperados de la habitación de Zen, pero no le presté demaciada atención pues, sabiendo lo despistada que era, ya me estaba acostumbrando, así que me reí por lo bajo para seguir con lo mío cuando la veo salir con un hermoso vestido cuyos tirantes se deslizaban por sus hombros y con su cara de sorpresa al verme cocinando.
- ¿tanto te sorprende verme cocinar? - le mire arqueando una ceja y con una sonrisa en mis labios.

-N-no es eso...es que la que deberia haber echo el desayuno soy yo...l-lo siento-
Bajé la cabeza con una pequeña reverencia tragando saliva
-Si quiere puede descansar y yo sigo con el desayuno Zack-Sama-
Levanto la cabeza mirandole un poco tímida y sonrojada por haberme quedado dormida y haber echo que el hiciese lo que era mi trabajo

Solté una risita baja mientras le sonreía.
- por eso no te preocupes - dejé lo que estaba haciendo para dirigirme hacia ella y la acogí en mis brazos, acariciando sus cabellos - soy yo el que quería darte una sorpresa, así que no te preocupes - tomé su rostro entre mis manos y me acerqué a sus labios, besándolos tiernamente, para luego introducir mi lengua en su boca fogosamente.

Oi su risa y sus palabras y me relajé un poco, cuando me abrazó, le abrazé de igual forma y sentí sus caricias en mis cabellos lo que sonrei levemente.
-¿Una sorpresa?-
Pregunté antes de que él tomase mi rostro y se acercase a mis labios, besandolos tiernamiente, introduciendo su lengua.
Le rodeé con mis brazos por su cuello profundizando el beso y haciendo que mi lengua jugase con la de él.

Cuando termine de besarla, nuestra respiración era irregular y di un gran suspiro antes de hablarle nuevamente con una sonrisa zurcando mis labios.
- bueno, por lo menos quería llevarte el desayuno a la cama - le guiñé el ojo, con un poco de perversión en mi rostro - pero ahora que despertaste....me gustaría mucho probarte con chocolate, recuerdas? me debes el pastel de desayuno - mientras la acorralaba en una muralla de la cocina, mis manos se aferraron a la cintura de Zen y recorrían su muslo por encima del traje que llevaba puesto.

Miré como me guiñaba el ojo con un poco de perversión en su mirada, lo cual me hizo pensar que ivamos a repetir aquello nuevamente ¿o tal vez no? Pero mis sospechas se cumplieron cuando dijo lo del chocolate y me acorraló en la pared de la cocina y sus manos rrecorian mi cintura y muslo por encima del traje.
-Como ordene Zack-Sama-
Llevé mis manos por detrás de su cuello y lo abrazé fuertemente pegandome a él y lamer cerca de sus labios. Pero entonces al levantar los brazos nuevamente la pulsera que me había regalado al principio se deslizó un poco por mi brazo.

Noté que la pulsera que le había regalado se deslizó un poco por su brazo, así que con la boca la arrastre hasta que quedo nuevamente en su lugar y tomando su mano entre las mías, me arrodillé a besar su mano delicadamente, para ir subiendo por su brazo, hombro, cuello hasta sus labios.
- he cambiado de opinión sobre el pastel - le sonreí despreocupado - ¿que te parece ir a pasear esta tarde? - estaba esperando su respuesta con sus manos entre las mías y mirandole directamente

Observé cada movimiento suyo, una sensación que no sentia casi, ahora la sentía mil veces más fuerte que en otras veces...esa sensación...esa sensación era agradable.
-¿Pasear?....me parece bien-
Él me miraba directamente y yo también le miraba a él fija en sus ojos, que me volvian loca en mis pensamientos y hacia que me quedase como encantada por un hechizo

- perfecto - besé su frente con cariño para luego bajar a sus labios y besarlos levemene. Después de eso, me di vuelta, no sin antes guiñarle el ojo, para terminar de preparar el desayuno que ya había comenzado.
Al rato despues ya tenía todo listo, así que me dirigí hacia el comedor, donde Zen estaba esperando, con la bandeja en la mano que llevaba nuestro desayuno.
- ojala sea de tu agrado - la verdad esperaba que le gustase, porque, aunque no era la primera vez que cocinaba, era una acción que no estaba muy bien desarrollada en mi.

Después de que besase por última vez y se fuese a preparar el desayuno me dirijí yo hacia el comedor y me senté en la mesa, nunca me había sentido así en ninguno de mis anteriores trabajos pero si el quería prepararmelo no podía negarme.
Después vino con la bandeja con él desayuno, sonreí y cuando tomé el primer bocado del sesayuno sonreí más ampliamente.
-Está buenisimo Zack-Sama-
Le dije sinceramente y seguí con el desayuno, hasta que oí la canción de Die Another Day de mi telefono móvil y rápidamente me levanté y cojí en móvil en uno de los bolsillos del traje, al ver quien me llamaba hize una pequeña reverencia y me retiré a mi habitación cerrando la puerta.
-¿Si?....¿¡por qué me llamas!?....no....nunca ire allí.....¿que lo pagare caro?....no me das miedo....vale....lo que tu digas...si si....-
Comenzé a hablar con aquella persona con tonos de sarcasmo

Cuando se levantó a conversar por teléfono deje de comer para poner atención a lo que ella hablaba, aunque no hubiese sido necesario, pues pude escuchar todo perfectamente, quedando con un semblante frío en mi rostro cuando Zen regreso.
- ¿quien era? - volvió un poco alterada por la llamada, pero no podia suavizar la mirada atemorizante y fría que le dediqué. Sabía que no era su culpa lo que fuera que estuviera sucediendo, pero algo me molestaba sobre todo ese asunto.
Observé su temor en sus ojos y en su rostro aterciopelado, pero en una fracción de segundos la mesa quedo totalmente desordenada mientras que la acorralaba en una pared y le quedaba mirando fijamente, molesto. Golpeé la pared al notar que no tenía intención de responder y escondía su rostro.
- responde!!

-Nadie-
Le contesté la primera vez mientras guardaba nuevamente el telefono móvil en el bolsillo del traje, estaba alterada, sí, porque no había recibido llamadas de aquel hombre desde que dejé Inglaterra.
Me sobresalté cuando vi como se acercaba a mi y me acorralaba contra la pared, mirandome fijamente y molesto, golpeó la pared pero seguía sin decirle nada.
-¡No tengo porque responderle! ¡Son asuntos mios!-
Eso último lo resalté para hacerle recordar como él con las heridas que vino el día anterior y no quiso contarme el porque de esas heridas. Le mire seriamente aunque mis manos y mis piernas temblaban

- ¡no es lo mismo! ¡responde! - apesar de que estaba temblando, no me separe de ella ni deje de acorralarla, pero lentamente fui cediendo mi mirada hasta que me rendí y deje descansar mi cabeza en su hombro.
- lo siento, pero es porque eres tu...- le mire a los ojos con un brillo de suplica - es porque me preocupas...

Cuando dijo "no es lo mismo" pensé "¿cómo?" con un poco de sarcasmo claro esta y deje que apoyara su cabeza sobre mi hombro, hasta que la volvió a levantar y habló abrí los ojos y sin pensar levanté la mano dandole una bofetada en la cara.
-¡Yo también me preocupo por usted!-
Al darme cuenta de lo que acababa de hacer me agarré fuertemente la mano con la que le había golpeado.
-Z-zack...s-sama...yo...-
Las lágrimas salieron sin poderlas retener y con fuerza salí de aquel acorralamiento y salí corriendo, pero esta vez no iva hacia mi habitación, sino, hacia fuera de la casa, abrí la puerta y sin decir nada, solo llorando, cerré la puerta y salí corriendo.

La bofetada, más que dolor físico, repercutió en todo mi interior, en mi corazón congelado... Vi su silueta escapar de mis manos y correr a la salida, pero no pude reaccionar como debía para ir tras ella y alcanzarla; para cogerla entre mis brazos y abrazarla, sino que me apoyé en la pared, cubriendo mi rostro con una mano.
- ¡¡rayos!! - golpee la pared, provocando una pequeña abolladura en ella, mientras algunas lágrimas comenzaban a asomarse por mi rostro.
Tenía que ir tras ella!...