Un dia igual como todos...

Me encontraba merodeando por el lugar. Segun me había informado anteriormente, el parque era un gran dentro de actividad demoniaca...bueno, o casi siempre lo era.
El parque, a esas horas, estaba totalmente tranquilo y no tenía ese olor a azufre que tenian los lugares en donde los demonio solían estar, así que me encamine a una banca, dandome cuenta de que había alguien dormido en ella.
- estara muerto? - pensé para mi misma mientras lo rodeaba, quedando frente a frente con el. En realidad no parecia estarlo - ¿sabra que este lugar es demaciado peligroso si se es descuidado? - iba a despertarlo, pero note enseguida que se movió y me aparte de el unos cuantos centimetros, preparando mi arma por si intentaba algo extraño.

Al escuchar su pregunta, no pude evitar sonreirle con un poco de misterio mientras todavia no bajaba mi guardia.
- ¿ humano, verdad? - evadí su pregunta, formulandole otra y, aunque la pregunta sonara estupida, tenia que asegurarme de que no era un enemigo mortal el que estaba delante de mi. Podría parecer ilusa, pero no importaba. Al ver la expresion de su rostro, desistí de un intento de dispararle para acercarme a el y poder explicarme mejor.
- lo siento por despertarte, pero este lugar no es el mejor para un "humano"...

Noté que se relajo cuando solté mi arma, así que también yo lo hice, luego escuche que respondía, diciendo: "Jejeje,lo siento pense que era un buen lugar para descansar, ya que era un sitio muy tranquilo y pacifi..." pero quedó inconcluso, pues de los arbustos apareció un demonio que queria atacarme. sin bajar la guardia, saque mi arma y le dispare a unos cuantos centimetros del lugar donde estaba. Nuevamente hablo, pero no le preste atención y solo me limite a voltear hacia el, ahora más sobreaviso que antes. Entonces apareció otro demonio que no pude evadir con rapidez, pero cuando pensé que iba a alcanzarme los disparos de aquel chico alcanzaron al demonio, tumbandolo en el suelo.
- vaya manejo con armas que tienes - le dije, como un cumplido, mientras remataba al demonio, quién se transformó en cenizas al contacto de mis balas - estas bien, verdad?

- yo tambien creí lo mismo...en mi pasado - me quedé un poco ausente de su presencia para posar la vista en el paisaje - es por eso que ando en busca de alguien que pueda ayudarme, pero al parecer nadie quiere un trabajo tan peligroso - guarde mis armas en la parte de atras de mi falda para dedicarle una sonrisa, aunque no muy convincente.
Ahora que lo notaba, el tenia la impresión y la habilidad con las armas que necesitaba, así que no me contuve en acercarme a él para observarle mejor, aunque fuera un poco intimidante
- ¿como te llamas, humano? - le mire con notable interes mientras esperaba su respuesta.

Había respondidó a mi pregunta, y me sentí satisfecha al saber su nombre, así que me permití presentarme.
- Mi nombre es Kalina...Kalina Lady Ann - le tendí la mano para tomar la suya, aunque no pude reprimir la meláncolia que sentía al pronunciar mi nombre; el nombre de mi madre.
Pude vislumbrar en su rostro una sonrisa antes de que tomara mi mano y la extendieramos en forma de presentación.

< un sirviente? > - pensé para mi misma en el momento en que el lo dijo. Nunca lo hubiese imaginado, o por lo menos el no da la impresión de ser un sirviente.
- talvez seas justo lo que necesito - la simple idea había hecho que me emocionara, pero no podía permitirmelo, ya que él era el que tenía que elegir, aunque lo disimule con una sonrisa que le devolvía mientras soltaba suavemente su mano para dejar caer la mía en un costado de mi cuerpo y ponerla sobre mi cinturón.
- claro...si aceptas primero - noté cierta tensión en su rostro, pero aún así su sonrisa seguía ahí - como ya dije, es un oficio peligroso...para un simple humano - mi mirada ahora se perdía en los arboles que se balanceaban al compas del viento, a la espera de su respuesta.

- perfecto - le devolví la misma sonrisa desafiante, pero sabía que en el fondo estaba feliz porque había aceptado.
Estuvimos un rato más en el parque sentados en una banca, pero no duro demaciado, ya que a mi celular estaba llegando un informe para ponerme a trabajar.
- demonios! justo ahora~~ - después de leer el mensaje, guarde mi celular y me levanté de la banca, arreglando un poco mi cabello y mi ropa para luego marcharme
- tengo que irme, pero luego nos volveremos a ver - acomodé mi ametralladora sobre mi hombro mientras le sonreía en forma de "despedida" - nos vemos- No esperé su respuesta y simplemente me marché por el camino para llegar a mi nuevo destino.