en algun lugar de la mansion.

Despues de aquel conflicto que habia tenido con mi supuesta mascota, me dirigi al salon de musica de la mansion, para poder relajarme un poco ya que desde hace mucho tiempo que duraba mucho en como me encontraba.
Me dirigi hacia mi piano para poder comenzar a tocar algunas de mis mas favoritas melodias.

Había estado vagando por la mansión, más bien, buscando mi habitación, pues me encontraba perdido, cuando sentí una tierna melodía en piano que se hacía más fuerte a medida que caminaba hacia ella. Era como si estuviese llamándome, así que no dude en dirigirme hacia ella, encontrándome con que era "él" quien interpretaba tan bellas canciones.
- no sabía...que podía tocar así - fui formal, y le sonreí, aunque no con sarcasmo, sino que sinceramente del "corazón", pues la música me había tranquilizado...

Al terminar de tocar la tercera melodia , escuche que alguien se acercaba al lado en donde me encontraba, cuando estaba por tocar la ultima nota oigo un murmullo, al escucharlo me giro para ver quien era semejante persona , al hacer esto veo que era la persona conla que acababa de discutir pero que esta ves se acercaba a mi de un a manera diferente .
Intente no ser molesto...
necesitas algo ?
dije mientras cerraba la tapa del piano

- no, no necesito nada - volvía a ser el de siempre, pero mantuve mi sonrisa - creo...que deberíamos empezar denuevo... - le hice una reverencia, en forma de presentación...- me llamo Kaltz - al ver que no alcanzaba a reaccionar, decidí explicarle - de nada nos sirve llevarnos mal, si tu eres, en cierto modo, mi dueño también...

puede que tengas razon...pero la verdad no suelo confiarme de la gente muy rapido, y espero que lo entiendas
Dije aun serio , ya que todavia no me acostumbraba a la idea de vivir con otra persona, la cual no conocia.
Sentia que mi transformacion terminaba aqui...por el momento.
Sayonara.
dije dirigiendome hacia la habitacion para poder cambiar tranquilo de forma.

- ~me parece perfecto...~ - me acerqué al piano, y lo quedé observando por un momento hasta que me decidí a sentarme frente a el y comenzar a interpretar la música que llegaba a mi mente, que inundaba mis pensamientos en ese momento. No podía controlar mis ansias de tocar música, así que solo deje que mis manos se encargaran de interpretarla...